Recuerdo cuando la serie original de Yu-Gi-Oh! llegó a España. Me quedé fascinado con el juego de cartas y, en especial, con la serie. Ver cómo los monstruos cobraban vida y salían al campo dispuesto a obedecer todas las órdenes de sus duelistas, tan metidos en el duelo como sus criaturas.
Aunque tengo que admitir que no caí en el Yu-Gi-Oh! hell hasta que no vi a Mai Valentine entrar en escena. Por aquel entonces me quedé embobado con su Dama Arpía y las aromatácticas que usaba Mai para llevar la ventaja en cualquier duelo (aunque Joey acabó pillándole el truco, pero bueno). A día de hoy, Mai sigue siendo uno de mis personajes favoritos de toda la serie, pero después de más de diez años, ya no es solo por ser un personaje fuerte o por las cartas que usa. Es su desarrollo. A lo largo de toda la serie tiene una evolución como personaje fantástica, y lo que me sorprende más viniendo de una serie shounen de los años 90, que está a la par que cualquier otro personaje masculino de la serie.
Mai Valentine me gustó tanto que, cuando la serie original terminó y empezaron a llegar sus secuelas, mi atención siempre se centró en el personaje femenino co-protagonista de turno, para ver si lograba ver en ella lo mismo que en Mai. Y sí, lo encontré en personajes como Alexis Rhodes, Akiza Izinski, Misty Tredwell, Yuzu Hiragi o Serena. Pero también me di cuenta de una cosa, y es que todas ellas, aunque al principio tienen sus momentos de gloria y están más o menos a la par que el protagonista masculino, siempre acaban relegadas a un segundo plano. El síndrome del personaje femenino en Yu-Gi-Oh!
Hasta que llegó Yu-Gi-Oh! VRAINS. La serie que me dio esperanzas y me las quitó con la misma rapidez (a partir de aquí hay spoilers sobre la trama hasta el capítulo 56).
La verdad es que al principio, en cuanto a personajes, no me impresionó nada. Tenemos a nuestro protagonista de turno que se va a llevar toda la gloria, Yusaku (conocido por el alias de Playmaker cuando está en el mundo digital de VRAINS), a nuestra co-protagonista, Aoi Zaizen (Blue Angel en VRAINS) y a un tercer personaje que no estaba del todo claro qué papel iba a jugar, Go Onizuka.
Pero a medida que iban saliendo capítulos nuevos, más me sorprendían Aoi y Go. La primera es una idol en VRAINS, una chica animada, siempre sonriente y que lo único que quiere es que te lo pases bien con solo verla. Pero esa persona es Blue Angel. Cuando sale de VRAINS, la verdadera Aoi enseña sus verdaderos colores, una chica callada y reservada, que lo único que quiere es que su hermano esté orgulloso de ella.
Por otro lado tenemos a Go, un charisma duelist que solo lucha en VRAINS para entretenerte. Durante los primeros turnos se deja ganar para darle emoción al duelo; luego remonta de una forma milagrosa y gana en un abrir y cerrar de ojos. Esto me pareció muy interesante porque es básicamente lo que lleva haciendo Yu-Gi-Oh! desde sus inicios, y Go no está del todo contento con esta táctica. Su razón para seguir luchando es poder ayudar a los niños del orfanato donde se crío con el dinero que gana.
Y luego tenemos a Yusaku que, bueno, ¿he dicho ya que es el protagonista? También cuentan algo de su pasado, que fue uno de los seis niños secuestrados del proyecto Hanoi, que no deja de ser un recurso para conectarle con el “malo” de esta primera temporada, Revolver, y tener algo en común. De su personalidad tampoco hay mucho que decir, es lo opuesto a cualquier protagonista que haya tenido Yu-Gi-Oh!, es decir, una persona borde, seca y solitaria, pero no pasa nada porque es el protagonista, en verdad esto lo convierte en alguien guay. También tiene una obsesión por enumerarte, en cualquier situación, tres razones por las que él está en lo correcto. Es gracioso porque al principio intentan que sea el gesto característico del personaje. Luego al guionista, a mi querido guionista Yoshida, se le olvidó por completo que Yusaku hacía esto.
La serie avanza y, aunque no volvemos a ver a Go luchar hasta el capítulo 23, Aoi aparece más en escena y yo no podía estar más contento. Yusaku sigue siendo el número uno en cuanto a protagonismo, pero Aoi le pisa fuerte los talones. A estas alturas, es el segundo personaje con más presencia en la serie.
Los capítulos pasan y llegamos a mi parte favorita de la serie, el arco de los Another. Tres son los malos que andan detrás de este incidente y tres son nuestros protagonistas. Aoi y Go tienen el mismo trato que Yusaku durante esta parte, los dos ganan sus respectivos duelos y, por si esto fuera poco, la victoria de Aoi supone el fin del síndrome de los Another, ya que consigue que Baira, su contrincante, libere el antídoto.
A partir de este momento es cuando parece que el grupo se une realmente, porque hasta ahora habían estado actuando más por separado.
O eso creía yo.
Vuelven a pasar los capítulos y llegamos a la parte de la Torre de Hanoi. Tanto Aoi como Go quieren ayudar a Yusaku a derrotar a Revolver, la mente detrás de esta Torre, pero él solo les responde que deberían quedarse mejor en casa. Aoi y Go insisten en ir y Yusaku solo responde que le da igual lo que hagan. Después de lo que nos enseña la serie en capítulos anteriores, de la camaradería que hay entre ellos, ¿esto es lo que responde Yusaku? Empezamos a ver cosas que no cuadran en el guion.
Aoi y Go terminan yendo a VRAINS junto a Yusaku, y ella es la primera en luchar contra un hombre llamado Spectre. Pensé que ocurriría lo mismo que antes, tres rivales para nuestros tres protagonistas, pero qué equivocado estaba. ¿Cómo iba a dejar Yoshida que se llevasen Aoi y Go algo de fama en la recta final de la primera temporada?
Y así el duelo entre Aoi y Spectre comienza. Todo hay que decirlo, Spectre es un buen antagonista. Conoce a la perfección a Aoi y sabe cómo hacerle daño. Sabe que el apodo de Blue Angel proviene de un cuento que su hermano le leía cuando era pequeña, cuando sus padres murieron y se sentía totalmente sola. Sabía que para ella su hermano era su tesoro, y que se lo arrebataría cuando ganara él el duelo. Por si fuera poco, Spectre fue el responsable de que, al principio de la serie, Aoi cayera en coma por un virus que implantó en su deck.
Pero Aoi no cede lo más mínimo, está dispuesta a ganar a Spectre, no solo porque era un obstáculo que tenía que sobrepasar para llegar a la Torre de Hanoi, sino porque quería salvarle. Comprendió que, como ella, Spectre se sentía solo, pero mientras que Aoi tenía a su hermano, Spectre no tenía a nadie.
Por un momento, pensé que Aoi iba a ganar, porque esa era la idea de Yu-Gi-Oh!, el poder de la amistad y ayudar a quien lo necesite, por muy cliché que suene. Pero no. Además de perder, Spectre humilla a Aoi usando sus propios monstruos contra ella, incluido su favorito, Holly Angel.
Tras la derrota, Aoi se convierte en datos y va a parar a la Torre de Hanoi. Básicamente es como si hubiera muerto. Yoshida le había dado la patada para hacer sitio a Yusaku, el único héroe que podía haber en la serie y el siguiente en enfrentarse a Spectre. ¿Y créeis que Spectre tiene su final feliz? Tampoco. Yusaku es demasiado guay como para preocuparse por los sentimientos de otras personas. Simplemente gana, destroza los monstruos Sunavalon de Spectre, de los que menciona en más de una ocasión que son como una madre para él, porque le recuerda al árbol de su orfanato al que iba a refugiarse cuando todo iba mal.
Go sigue los mismos pasos que Aoi. Se encuentra con Revolver antes que Yusaku y, como era de esperar, pierde para que nuestro verdadero protagonista se enfrente al más malo de VRAINS. Yusaku gana, destruye la Torre de Hanoi y todos los que fueron convertidos en datos vuelven a la vida.
Llegamos a la segunda temporada y si ya estaba mosqueado por el trato que había tenido últimamente Aoi, no os podéis imaginar cómo me puse cuando presentaron a Takeru (Soulburner en VRAINS). Justo el personaje masculino ideal para darle por segunda vez la patada a Aoi. Después de todo el protagonismo, la personalidad y el trasfondo que le había dado a Aoi, Yoshida decide que es hora de decir adiós.
Volviendo al tema de Takeru, lo que más me gusta de él es que es otra víctima del proyecto Hanoi, ¡justo como Yusaku! Y tiene otro compañero Ignis, ¡Justo como Yusaku! Y Yusaku, que recordemos que nos lo han presentado como una persona borde, seca y solitaria, decide colaborar con Takeru, una persona que no conoce de nada, para encontrar al resto de niños perdidos y a los Ignis restantes. ¡Vaya! O hay más incongruencias en el guion, o es que Yusaku es un elitista que solo se lleva con las víctimas del proyecto Hanoi.
En cualquier caso, Yusaku termina por volver a VRAINS, junto a Takeru, porque han dado con una pista sobre el paradero de un nuevo Ignis. SOL Tecnologies, la empresa que fundó VRAINS y que está metida en el proyecto Hanoi, contrata a Go para pararle los pies a Yusaku. Go, que dejó de ser un charisma duelist para empezar de 0, comprende que enfrentarse a Yusaku y ganarle sería la oportunidad perfecta para recuperar su orgullo. Su nueva resolución viene también con un cambio de atuendo y deck.
Como era de esperar acaban por encontrarse en VRAINS. Go está decidido a enfrentarse a Yusaku, pero Takeru le pide a Yusaku poder enfrentarse él contra Go. ¿Y qué le va a decir al nuevo favorito de Yoshida? Que claro, campeón. Por supuesto, gana Takeru y Go vuelve a perder. Dice que la derrota solo servirá para hacerse más fuerte y es verdad, al final aprendemos de nuestros errores, ¿pero vosotros pensáis que en una serie como Yu-Gi-Oh! se puede concebir la evolución de un personaje con una derrota tras otra? Yoshida parece que sí.
Siguiendo la pista del nuevo Ignis, Yusaku y Takeru acaban por encontrarse con Aoi. La derrota contra Spectre supuso el haberle fallado a su hermano, y se prometió así misma que se haría más fuerte por su bien y el de ella. Aoi también está buscando al nuevo Ignis porque su hermano lo quiere, al final es el jefe de SOL Tecnologies.
Otra vez, es Takeru quien se enfrenta a Aoi. ¿No tenéis una sensación de deja vú? Esta segunda temporada está siguiendo el mismo patrón de duelos que la primera.
Una vez más, Aoi se vuelve a topar contra el muro de “no eres la protagonista” y pierde contra Takeru. Da igual lo mucho que Yoshida intente hacer parecer que una derrota solo hace más fuerte a un personaje si lo único que hace es perder, una y otra y otra vez. Lo que más me molesta de todo es que de verdad Yoshida parece que está intentando darle la misma importancia a todo los personajes, incluidos los femeninos, pero en los momentos claves no para de echar por tierra todo ese desarrollo.
Y así le decimos adiós a Aoi, porque la derrota suponía abandonar la zona restringida de VRAINS en la que se encontraban. Yoshida le había dado una vez más la patada, igual que en la primera temporada, solo que, en vez de hacerlo en la recta final, ahora lo había hecho al principio. El poder darle un poco más de fama a Takeru ha supuesto el sacrificio de Aoi.
No sé qué será de Yu-Gi-Oh! VRAINS a partir de ahora, pero tened por seguro que yo no voy a verlo. Con un protagonista con una personalidad insípida y un nuevo personaje que su única razón de ser es para que Yusaku tenga un bro, ¿creéis que eso puede gustarle a alguien? Por desgracia sí, no creo que el mal trato de Yu-Gi-Oh! VRAINS hacia sus personajes afecte lo más mínimo a sus espectadores, porque al final aquí solo eres alguien si eres el protagonista.
no podria estar mas de acuerdo con todo esto
Muy bueno tu análisis y opinión , aunque no he visto mas temporadas de yugioh desde la Gx entendí el mensaje que quisiste dar y creo que este tema seria muy bueno para aplicarlo a un análisis en general del mundo del anime o manga con temática Shounen, porque casi siempre hacen ese misma formula del prota con su bro y un personaje femenino con potencial que la dejan detrás del protagonismo , para solo hacer pie al prota y su bro .
Yo dejé de ves esta serie, prometía la verdad pero como que resulta cansada de ver. Y más que nada ¡por los malditos links!!!.
Que fanboy el que escribió esto. Millenial y fanboy, odia la serie solo porque su head canon no salió como quería.
Puede que tengas razón pero hay que ver si mejora o no
A mí opinión está bien la serie vrains
Todo lo que dijiste de cierto modo esta bien y a la vez mal, pero desde el primer capitulo se sabe q aoi no iba a ser una co-protagonista, porq ella no forma parte de los caso y el trama de este yugioh se centra en eso nada mas, tambien es mas q predecible ya que yuzaku en algun momento va a perder de tal modo que lo va a afectar, como le paso a yusei y ya te puedes imaginar el resto.
bueno voy a dar mi opinión yu-gi oh, esta serie ya perdió el toque... desde hace rato no se compara a la original.... mas bien las nuevas series la estan dañando....
No deberías sorprenderte este tipo de anime se hace para el sector masculino, así que el protagonista siempre abarcara toda la pantalla, las mujeres quedan relegadas a ser amigas del protagonista nada mas.
La verdad yugioh se creo para el sector masculino por ende siempre la historia se centrara en el prota no en los secundarios