Demon Gaze II llega tres años después del lanzamiento de su antecesor a manos de Experience Inc., expertos ya consagrados en el género de los dungeon crawlers gracias a títulos como Operation Abyss, Ray Gigant o Stranger of Sword City. Esta vez nos encontramos con una secuela directa del primer Demon Gaze, que recoge el testigo del título original y lo mejora, haciéndolo un juego mucho más accesible y disfrutable. Si tienes ganas de 'mazmorrear' en tu PS Vita o PlayStation 4, Demon Gaze II es el JRPG que buscas.
Los hechos ocurren unos años después de Demon Gaze, pero la historia es completamente nueva salvo por un par de personajes invitados del primer juego, por lo que si no has jugado al primero puedes saltar perfectamente a este. La trama toma lugar en la ciudad-Estado de Asteria, una zona que ha prosperado gracias a sus tratados mercantiles y a un famoso pub donde cantan una canción llamada Starlita, capaz de hipnotizar a quienes la escuchan. Años han pasado, la niña que cantaba la famosa canción cayó por culpa de una enfermedad, y la antigua dueña del local ha desaparecido. La ciudad sigue prosperando, pero unos extraños sucesos han tenido lugar últimamente, y algunos de sus ciudadanos están desapareciendo.
Controlamos a Sigma, personaje editable a nuestro gusto, que ha perdido la memoria -cómo no- y se reencuentra con dos amigas de la infancia que han podido reconocerlo. Estas son Muse y Prim, líderes de un grupo revolucionario que pretende derrocar a Magnastar, el autoritario líder de Asteria. Creen que él es el culpable de la desaparición de los ciudadanos, y usan como base Stella’s Place, el famoso pub, para retransmitir un programa de radio clandestino a través del cual pretenden que los ciudadanos se unan a su causa para descubrir la verdad. Sin embargo, su amigo Sigma ha aparecido un poco cambiado: ahora es un Demon Gazer, capaz de controlar a voluntad a los demonios que están apareciendo en la ciudad y causando estragos.
No esperéis una trama espectacular, desarrollada o profunda, no lo es, pero aún así se trata de una historia muy disfrutable, y a pesar de los clichés habituales, consigue mantener un ritmo correcto y entretener al jugador a lo largo de las numerosas horas de juego. Los personajes ya los hemos visto en cientos de productos japoneses, pero caen bien y forman un plantel divertido. En este caso, Demon Gaze II se pone bastante por delante de Demon Gaze.
Jugablemente nos encontramos con un dungeon crawler con el sello de Experience Inc.. Exploraremos mazmorras en 3D en primera mientras combatimos por turnos -también en primera persona- y fortalecemos a nuestros personajes. Demon Gaze II sigue la estela de la primera entrega, aunque añade algunas nuevas mecánicas bastante acertadas.
Cada vez que entramos en un laberinto, nuestro objetivo será llegar a la dimensión donde se esconde el demonio que dirige el cotarro, darle una lección y reclutarlo gracias a las habilidades únicas del protagonista. Para llegar allí, antes tenemos que patearnos la mazmorra, combatiendo con monstruos, evitando trampas, realizando misiones secundarias y lo más importante: buscando Círculos Demoníacos. Aquí podremos ofrecer un cierto número de gemas para combatir con un grupo de enemigos que soltará recompensas relacionadas con el tipo de gemas empleadas para invocarlos. Por ejemplo, si elegimos tres gemas de arcos, nos aseguraremos que todos los tesoros que obtengamos al finalizar el combate sean arcos. Es un sistema estupendo para 'farmear' un tipo de objeto específico y tener cierto control sobre lo que obtienes, lo cual se traduce en poder desarrollar a los personajes con total libertad y no tener que verte obligado a utilizar una build que no quieres solo porque no te toca otra cosa. Al completar estos círculos, podremos tener acceso al jefazo. Más adelante aparecen otro tipo de círculos, en los que ofreceremos un demonio y tendremos que batirnos en combate con un ayudante menos; esto nos otorgará equipo especial para ese demonio.
Se han añadido algunas facilidades en torno a mejorar la calidad de vida del jugador en su tarea de exploración de mazmorras. Por ejemplo, con la función de automovimiento podremos dirigirnos al punto ya explorado que queramos del mapa de forma automática sorteando obstáculos y enemigos. Otro ejemplo son las distintas formas que tenemos de automatizar los combates.
Hablando de combates, estos se llevan a cabo de una forma muy parecida a la del primer Demon Gaze. Contamos con nuestro protagonista y su séquito de demonios que habrá ido reclutando por el camino. Cada uno de ellos estará especializado en un tipo de combate diferente y ganará habilidades únicas. Contamos también con una barra de poder que se va llenando a medida que combatimos, y una vez completa servirá para “demonizar” a nuestros camaradas, transformándolos en versiones aún más fuertes y accediendo así a habilidades especiales. Por último, contamos con el poder de fusionarnos con nuestros demonios, quedando estos absorbidos por el brazo del protagonista y otorgándonos nuevos poderes en función del tipo de demonio utilizado.
Una sistema que me gusta mucho es el poder destruir una pieza de equipo a cambio de ether de dicho tipo de equipo, el cual servirá para mejorar cualquier equipo del mismo tipo. Esto hace que incluso las armas y armaduras más malas tengan cierta utilidad, ya que puedes transformarlas en un recurso que te servirá para mejorar otras armas y armaduras que sí te interesen.
Por último, no solo podremos mejorar a nuestros demonios mediante la experiencia obtenida en combate, sino también mediante la función de Mantenimiento. Usando unos cristales bastante limitados, podremos acceder a un minijuego en el que tendremos que tocar los cuerpos de los demonios para encontrar un sweet spot que haga mejorar la condición física y anímica del demonio. Esto aumentará nuestra afinidad con él, y nos dará acceso a citas en las que poder conocer más la historia y personalidad de cada demonio. Sí, es simplemente una excusa para poner en pantalla ilustraciones sugerentes, muy à la Criminal Girls.
Visualmente, Demon Gaze II no nos sorprende de ninguna forma, sobre todo si lo jugamos en PlayStation 4. Las ilustraciones son de muy buena calidad, pero lejos de eso no encontramos ni el más mínimo esfuerzo por marcar la diferencia respecto a lo visto en la anterior entrega. Muy diferente es el apartado sonoro, que cuenta con una soundtrack llena de temas vocales absolutamente fantásticos. No exagero cuando digo que es una de mis bandas sonoras favoritas del año pasado. Las voces en inglés y japonés acompañan los textos en inglés.
Demon Gaze II consigue entretenernos durante muchas horas -la historia dura entre 40 y 50 horas pero el juego tiene más que ofrecer-, cuenta con una música encantadora que terminarás tatareando todo el rato, y tiene una curva de dificultad muy bien ajustada que se potencia con la posibilidad de cambiar el modo de dificultad en medio de la partida. Es sinceramente uno de los mejores dungeon crawlers que encontrarás en ambos sistemas de Sony. No obstante, es título esclavo de sus propias pretensiones y falta de riesgo: el no apuntar a por un argumento, no necesariamente más complejo, pero sí mejor trabajado y estructurado; el no preocuparse porque los laberintos terminen haciéndose repetitivos -aún siendo esto marca del género, puedes ofrecer soluciones-; el no querer salirse de los clichés de siempre, el ser demasiado continuista… al final todo eso pesa lo suficiente como para dejarnos un sabor de boca agradable pero insuficiente. Pienso que Demon Gaze II tiene los cimientos y recursos para poder haberse convertido en un imprescindible del género, y al final se ha quedado por ocupar un lugar cómodo dentro de un nicho muy pequeño.