El 20 aniversario de Pokémon supone un punto de inflexión en muchos aspectos de la franquicia. Las ediciones Sol y Luna ya nos dan una idea de esta línea de pensamiento con una serie de cambios de gran importancia a nivel jugable, como la ausencia de gimnasios y su sustitución por las denominadas pruebas, o el cambio de perspectiva a nivel visual que nos ofrece una visión más real de la nueva región de Alola. En su fondo sigue siendo una entrega Pokémon relativamente familiar, aunque continúa puliendo una fórmula desarrollada durante estas últimas dos décadas.

El anime, en cambio, ha mantenido una línea aún más conservadora con respecto a la saga principal de juegos y no, no hablo de mantener a Ash como un niño de 10 años hasta el fin de los tiempos. A pesar de añadir nuevas situaciones,  como los concursos, y haber realizado cambios de personajes entre cada temporada, su estructura se ha mantenido intacta y su animación ha mantenido una estela clara y definida. En ciertos puntos, hasta he notado una cierta desconexión con su público objetivo e incluso me aventuraría a afirmar que su estilo se encuentra más alejado de los niños japoneses de hoy en día. Ahí tenemos el ejemplo de Yo-kai Watch, una serie con una aproximación muy distinta a Pokémon y una variedad de situaciones más cercana y atractiva a nivel visual. Los personajes de Yo-Kai Watch son expresivos, hacen bromas entre ellos y saben meter al espectador, a los niños, en su juego y es algo en lo que el anime de Pokémon muchas veces falla.

A todos nos sorprendió el cambio de animación de la nueva temporada, es un estilo totalmente opuesto a lo visto hasta ahora y, de primeras, nos cogió a todos con la guardia baja. Vistos los dos primeros capítulos de Pokémon Sol y Luna, solo puedo aplaudir ante tal decisión. La animación de la nueva temporada de Sol y Luna, no exenta de sus problemas, es más viva, más ágil y más divertida para el espectador. Se aleja de ese aspecto más sobrio de sus anteriores temporadas, donde su mayor potencial residía en la espectacularidad de sus combates. Ahora los personajes cobran más vida, son más expresivos y refrescan la visión de la serie de cara a presentar la región de Alola.

Hablar de Yo-Kai Watch y Pokémon a finales de 2016 no es una casualidad, de una forma u otra ambas franquicias se han alimentado desde la explosión en el mercado de la saga de Level-5. Pokémon nunca ha dejado de vender, eso es cierto, pero también necesitaba de una competencia sana para volver a conectar de alguna forma con cierta parte de su público. Los movimientos-Z, la RotomDex y la animación de Pokémon Sol y Luna beben de los Yo-Kai, al igual que los Yo-Kai bebieron de Pokémon.

Alejándome de la animación, me ha resultado bastante sutil la forma de presentarnos varios aspectos importantes que veremos dentro de los juegos: las monturas como Tauros, Lapras o Sharpedo, los movimientos-Z o las nuevas formas de Alola, como Exeggutor. Lejos de ser introducidas como un pegote necesario para vender los juegos, la dirección de estos dos primeros episodios, a nivel de presentación, es especialmente destacable y nada queda fuera de lugar. Tendremos que ver cómo se desarrolla la historia de esta adaptación y por donde tirará tras el más que destacable anime de Pokémon XYZ. Lo importante a partir de ahora será ver si Pokémon Sol y Luna sabe encontrar el equilibrio en su adaptación animada.