Puede ser un caracol en un camino. O el leve aleteo de una mariposa. Lo cierto es que cualquier pequeño accidente, decisión o acción que realizamos puede acabar teniendo un efecto no sólo en nuestras vidas, sino en nuestro entorno e incluso en generaciones posteriores. Esta idea es llevada al máximo exponente en Zero Time Dilemma, el esperado desenlace de la franquicia Zero Escape (Kyokugen Dasshutsu) que nos cuenta una epopeya más allá de las eras tal y como prometió Virtue’s Last Reward, la segunda parte de la saga, situada cronológicamente mucho después que este tercer volumen de la saga. PlayStation Vita, Nintendo 3DS (eso sí, sin soporte 3D) y, por primera vez, Steam, han sido las plataformas elegidas para el desenlace aunque, eso sí, nuestro análisis está realizado desde la versión de PS Vita.

Antes de nada, he de aclarar que no desvelaré ni el más mínimo misterio y este análisis está totalmente libre de spoilers del título que ha salido hoy a la venta en Occidente (en Japón tendrán que esperar hasta el día 30) pero sólo su punto de inicio ya destripa completamente algunos de los mayores e impactantes enigmas de 999 y, sobre todo, Virtue’s Last Reward. Bienvenidos a la historia donde la vida de seis mil millones de personas está en juego, bienvenidos al Juego de decisión. Indocti discant, et ament meminisse periti.

SHIFTing the timeline

Sigma y Phi, tras desvelar la verdad sobre el AB Plan y conocer la tragedia que arrasó con las vidas de seis mil millones de personas y dejó a la humanidad en jaque, trasladan sus conciencias al pasado, al año 2028, un año trás los eventos de 999, para formar parte del experimento de colonización de marte en las instalaciones Dcom donde verá la luz por primera vez el letal virus Radical-6 que provocará la pandemia mundial. Allí, sin embargo, serán capturados y junto a siete participantes más, serán obligados a tomar parte en un nuevo pasatiempo mortal: el Juego de decisión. Tras dos ediciones del Juego nonario en los anteriores capítulos de la saga, un misterioso encapuchado bajo el nombre de Zero propondrá este nuevo experimento con una mecánica aún más retorcida: divididos en los equipos C (Carlos, Junpei, Akane), Q (Q, Eric, Mira) y D (Diana, Sigma, Phi), los participantes tendrán 90 minutos para completar las quests (las clásicas salas de puzzle de la saga donde debemos buscar una salida) y tomar una decisión in-extremis en un juego mortal al que Zero los exponga antes de olvidarlo todo: cada personaje tiene un brazalete que le dará una inyección y lo dormirá al llegar el tiempo límite además de hacerle olvidar todo lo ocurrido durante dicho “fragmento” de tiempo. Este original recurso narrativo, tal como podréis imaginar, nos hará perder la esencia del tiempo en los primeros compases de la historia y sólo el mirar de tanto en cuanto el árbol global de sucesos una vez completemos un fragmento nos irá haciendo entender poco a poco este entramado y complejo puzzle a través de varias “historias”. Y es que cada elección que tomemos en los Juegos de decisión repercutirá en la vida o muerte de los participantes creando así una compleja ecuación con dos grandes incógnitas: el tiempo y el espacio, o lo que es lo mismo, cuándo y en qué “historia” paralela.

A efectos prácticos, como participantes en el Juego de decisión, iremos eligiendo fragmentos de alguno de los tres equipos y en cada uno, veremos las escenas de vídeo, solucionaremos los puzzles para encontrar la salida, tomaremos decisiones e iremos bifurcando la “historia” poco a poco en otras “historias”. Esto irá desbloqueando nuevas piezas de este complejo rompecabezas y tanto el jugador como los personajes irán descubriendo la verdad detrás del secuestro de Zero y los muchos misterios que hay en torno a las vidas de cada uno. Por supuesto, aunque al principio pueda preocuparnos, nunca podremos ver aquello que no debemos ver aún por lo que habrá momentos en los que llegaremos a puntos donde tendremos que insertar una contraseña que no conocemos aún o simplemente habrá un bonito cerrojo que nos indicará que por aquí no se puede pasar todavía. Los que hayáis jugado a Virtue’s Last Reward conoceréis la frustración que esto supone. En general, diría que la dificultad y cantidad de puzzles es algo inferior a la de Virtue’s Last Reward, pero se le añade el handicap de que tendremos que encontrar pistas y contraseñas en diferentes ramas de la historia y examinar todas las variantes de cada fragmento para seguir avanzando; teniendo en cuenta que algunos de estos puntos de inflexión dependen de elecciones que introduciremos por teclado (tipo: “¿Quién crees que fue el asesino?”, para responder escribiendo su nombre) y las posibilidades no siempre son 0 o 1, es este uno de los puntos más enrevesados y que puede llegar a desesperar si no se observa muy atentamente el Flowchart completo.

Vive hodie.

Zero Time Dilemma supone el punto final a la trilogía Zero Escape por lo que es, ante todo, un producto para fans de la saga y da por hecho de que conocemos personajes y hechos sucedidos en 999 y VLR. Es cierto que los sucesos más importantes son refrescados para unir con la trama de Zero Time Dilemma pero, nada más lejos de la realidad, no son más que una excusa para acercar el título a aquellos que no están dispuestos a esperar a tener disponible los anteriores juegos en su plataforma favorita (con el ritmo actual, no me cabe la menor duda de que pronto habrá ports de ambos en PC) y supondrán un destripe total de los anteriores capítulos al completo por lo que jamás recomendaría empezar Zero Time Dilemma sin haber acabado 999 y Virtue’s Last Reward.

El hecho de que ya conozcamos a algunos de los personajes de anteriores juegos no quita que haya enigmas sobre ellos por conocer como en el caso de Phi, lo ocurrido durante este año a Junpei o la peculiar vida de Sigma, que serán narrados con todo lujo de detalles, incluidos bastantes momentos para deleitar a los fans teniendo una sensación de “conclusión” tal y como Kotaro Uchikoshi nos prometió. Sin embargo, también creo que algunos personajes podrían haber dado más de sí y quedan bastante eclipsados, siendo personajes muy conseguidos dentro del marco del Juego de decisión pero cuyo trasfondo tiene que ver bien poco con un momento tan importante para la historia de la humanidad como este. De forma similar, y esto quizás venga de la mano del bajísimo presupuesto con el cual se ha creado Zero Time Dilemma, la historia se nos queda un poco corta: aunque los cabos abiertos con Virtue’s Last Reward se cierren, realmente falta un gran broche final, una conclusión para cada personaje y para la historia global, puesto que realmente cierra con un final de lo más abierto sin “rematar la faena” en mi opinión. Un vídeo después de los créditos al menos como en Virtue’s Last Reward se hubiese agradecido pero nos tenemos que conformar con unos tristes ficheros de texto desbloqueables que nos cuentan el desenlace de cada personaje, haciendo aún más evidente la falta de presupuesto y medios con la que ha sido concebido el juego.

La verdad es invisible

Cada uno de los nueve participantes del Juego de decisión es en realidad un voluntario del experimento de Dcom para la colonización de marte y es por ello que todos tienen sus motivos para hacerse con la recompensa que ofrecen por participar en él o, en el caso de Akane, Sigma y Phi, su motivación principal es infiltrarse y cambia la historia que de sobra conocen en la que morirán seis mil millones de personas. Es entonces cuando Zero los secuestra y los hace participar en este Juego de decisión, donde divididos en tres grupos deberán explorar cada uno de los tres sectores de un búnker nuclear e interaccionar con otros grupos normalmente con un objetivo: matar o morir. Y es que para escapar con vida del Juego de decisión los participantes deberán encontrar seis contraseñas, los X Password, sólo obtenibles al perder la vida uno de los jugadores. Este planteamiento supondrá tener que tomar decisiones de lo más catastróficas y generará sospechas y odio entre los participantes como podía ocurrir en la edición ambidiestra del Juego nonario llevando a, en alguna de sus ramas, casi todos los personajes al borde de la desesperación y la locura.

El equipo C está liderado por Carlos (seiyuu: Sugita Tomokazu), un bombero del que se dice que es capaz de ver la línea que separa la vida y la muerte y gracias a ello ha logrado salvar a incontables vidas, aunque su mayor preocupación no son los méritos sino cuidar a su hermana Maria a la que adora con locura. Dos viejos conocidos, Akane (s: Miyuki Sawashiro) y Junpei (s: Tatsuhisa Suzuki) vuelven a ser atrapados y se reencuentran tras los sucesos de 999. Akane forma parte de un grupo llamado Crash Keys que busca salvar el mundo del holocausto que provocará Free the Soul en el fatídico fin de año de 2028. Conocedora del futuro y poseedora de habilidades especiales como acceder al campo morfogenético para obtener información, es perseguida por Junpei a lo largo de todo un año para finalmente reencontrarse en este escenario tan desolador. El joven protagonista de 999 lleva un año trabajando como detective privado para dar con Akane y ha visto el peor lado del ser humano y auténticos horrores por lo que su personalidad es muy diferente a la que conocimos en su día aunque en el fondo sigue siendo el mismo y desviviendose por Akane.

El equipo Q está liderado por el enigmático Q (s: Aki Toyosaki): sin recuerdos ni conocer siquiera su identidad, será un gran líder para este inestable equipo y actuará siempre con bondad y sensatez. El bueno de Q tendrá que lidiar con Mira (s: Maaya Sakamoto), una frívola mujer que parece no tener demasiado interés en nada y Eric (s: Akira Ishida), un heladero inestable emocionalmente que perderá los estribos con todo aunque siempre intentará sonreír como bien le enseñó su madre, algo que dará aún más miedo. Adora a Mira con locura y la considera su ángel personal, yendo como un perrito faldero allá donde vaya la despampanante muchacha.

Por último, el equipo D está liderado por Diana (s: Mamiko Noto), una enfermera que se inscribe en el experimento por recomendación de una amiga pero lo pasará fatal en un entorno tan hostil donde tendrá que elegir sesgar las vidas de otras personas. Aunque ella no los conoce antes de llegar al experimento Dcom, Diana es un nombre bastante familiar para Sigma (s: Daisuke Ono) y Phi (s: Chiaki Omigawa), dúo que volverá a hacer de las suyas con su peculiar relación cual gato-ratón cuyo principal tema de discusión será el tamaño de las tetas de Phi, que ahora dice gastarse una talla D de sujetador. Coñas aparte, estos dos personajes cuyas existencias conocen el futuro y han venido hasta 2028 para detener el brote de Radical-6 son claves para la cronología a lo largo de todas las “historias” que componen la saga Zero Escape y en Zero Time Dilemma será cuando por fin conozcamos algunos de los secretos de su existencia.

Además de dedicarle tiempo a desarrollar a los nueve participantes y atar cabos sueltos de Virtue’s Last Reward, Kotaro Uchikoshi no se ha olvidado de transmitirnos mensajes que pueden aplicarse a nuestra vida, al mundo actual, la sociedad o tratar nuevos temas con base científica real como la computación cuántica o, como no podía ser de otro modo, la teoría de multiversos. Independientemente de sus implicaciones en la trama principal, de la que no hablaré en absoluto, es impagable cierta reinterpretación y análisis de Akane sobre una película del género de sobras conocidas por todos y que tiene de protagonista a, llamémoslo, M-kun. Y, por supuesto, el humor de los personajes sobre todo a la hora de resolver puzzles con la esperada dosis de Funyarinpa en forma de cameo también estarán a la orden del día.

Stabat mater dolorosa

Aunque nadie duda de que la piedra angular de Zero Time Dilemma sea su guión y sus personajes, no hay que olvidar que estamos hablando de un videojuego. Además de los sorprendentes recursos narrativos que usa Uchikoshi gracias a su formato, para meter al jugador en la historia, lograr la ambientación deseada y transmitir el dramatismo y tensión necesarios, tras abandonar el formato de visual novel y convertirse en una novela cinemática, el resultado ha sido, en una palabra, desastroso. Sólo es necesario ver algunos segundos del juego en movimiento para ver que las animaciones de los personajes son pobres, cutres y antinaturales. En los tiempos que corren donde el hiperrealismo ya no es ciencia ficción en los videojuegos, que tengamos que ver cómo los personajes se mueven como si fuesen sprites de un juego de principios de la generación de PlayStation 2 es doloroso de ver.

A primera vista Zero Time Dilemma cuenta con un modelado 3D con aspecto cel shading bastante resultón y el uso de 3D en escenarios y puzles es muy agradable a la vista pero todo cambia cuando hay movimiento y es donde se ven las carencias de un título desarrollado por una desconocida compañía llamada Chime, financiada por una distribuidora extranjera como es Aksys Games y donde sólo un reducido número de miembros de Spike Chunsoft ha participado activamente bajo la tutela de Uchikoshi. No sólo esos movimientos antinaturales de los personajes con pocos frames por segundo, sus simples expresiones faciales o el hecho de que cuando hay que realizar animaciones complejas como quitar una cadena o dar una vuelta a una caja la cámara apunte literalmente al techo. Son claras muestras de la falta de medios, personal y tiempo para realizar el proyecto sino que la realización técnica y dirección de las escenas de vídeo suele ser muy mediocre teniendo unos cortes y cambios de cámara cutres unido a efectos especiales dignos de una película de serie B con litros de sangre que no hacen justicia en absoluto a la historia y personalmente hubiese preferido que Zero Time Dilemma hubiese sido una visual novel convencional con los modelados 3D similares a los de Virtue’s Last Reward e ilustraciones en forma de CG cuando fuese necesario.

Quizás el mayor problema de Zero Time Dilemma es que es el tercer juego y conclusión de una saga que realmente viene de Spike Chunsoft, creadores de otros títulos como Danganronpa, y sus dos predecesores, en su época, cumplían con creces los estándares que se esperaban de ellos pero realmente este tercer capítulo tiene un apartado visual es más cercano al de un juego indie. Al menos 999 y VLR tenían ilustraciones específicas para hablarte de los pasados de los personajes y no un simple fondo de una casa (la misma siempre, además). Por otro lado, ya he comentado que el juego cuenta con varios temas de lo más cruentos y, tal como nos habían adelantado, esta vez no se han cortado un pelo con mostrarnos asesinatos a sangre fría con efectos de sonido grotescos e imágenes de lo más vivas con litros de sangre así que avisados estáis los estómagos más sensibles.

He de dedicar también unas líneas al apartado sonoro del juego, aunque no serán muchas más que los recursos que han dedicado en Spike Chunsoft al juego: reciclar la banda sonora de Virtue’s Last Reward de Shinji Hosoe y añadir algunos temas nuevos. No es la mejor banda sonora del mundo pero cumple a la perfección para ambientar en los puzzles, las situaciones tensas y los momentos de este búnker que tampoco se diferencia demasiado del de VLR a fin de cuentas. Donde sí se han dejado todo el presupuesto para el desenlace de la saga ha sido en contratar a los pedazo de seiyuus que se encargan de interpretar la dramática historia y que todos sin excepción hacen un papelón inolvidable.

El mundo que Dios abandonó

Zero Time Dilemma es un festival. Un banquete por todo lo alto del que recibimos invitación hace mucho tiempo pero que, al asistir al convite prometido, ha resultado ser en realidad una humilde cena casera que poco tiene que envidiar a la cocina francesa de alto standing. Ese buen sabor pero pobre presentación desmerece en cierta manera el producto final pues una historia llena de dramatismo como la de Zero Time Dilemma tiene dos elementos principales sobre los que debe apoyarse como obra audiovisual que es: el apartado sonoro y su puesta en escena. El primero cumple con creces sobre todo con el soberbio papel de los seiyuus pero el apartado visual digno de un juego doujin/indie o de hace 10 años y que no se corresponde al nivel ni de sus predecesores es algo que, como fan incondicional de la saga, me deja un sabor agridulce. Está claro que es preferible que el juego haya podido ser concebido pese a ser cancelado en primera instancia sea cual sea su forma, pero creo que podría haber sido mucho más redondo si hubiese tenido una puesta en escena digna de la soberbia calidad de su guión, así como haber extendido su final y haber dejado a Uchikoshi mimar un poco más a la niña de sus ojos como estoy seguro de que le hubiese gustado.

Si nos centramos en lo que estrictamente hace a esta saga ser una de las obras de mayor calidad del panorama del videojuego, su historia, Kotaro Uchikoshi se ha sacado de su chistera un guión lleno de giros de trama, recursos narrativos para engañar al jugador, temas de lo más adulto y cruel, elementos de ciencia ficción, drama y comedia, humor negro y suspense que no defraudará a los fieles de la saga y estoy seguro de que servirá para que la crítica y público reconozca aún más el valor de la saga y la labor de Uchikoshi, como mínimo, en Occidente. Si el hecho de que haya decidido escribir este análisis y al menos un lector de koi-nya haya decidido pinchar en él, leerlo y esto haya sido capaz de desencadenar “algo” en él como el que decida darle una oportunidad a la franquicia Zero Escape si hasta ahora era desconocida para él, significará que este pequeño “caracol”, que quién sabe a qué clase de “historia” nos llevará, ha tenido también sentido. Eso hace muy feliz al que escribió estas líneas y, seguro que también, a Kotaro Uchikoshi.

Este Zero Time Dilemma, nacido de la ferviente pasión de los fans occidentales de la saga Zero Escape y la incansable voluntad de su padre y creador, supone un punto final en la saga por decirlo de alguna manera aunque personalmente estaría encantado con la idea de que hubiese algo más tras el enigmático final abierto con el que cuenta. En este impredecible mundo con un futuro lleno de posibilidades aún por determinar, si Zero Time Dilemma nació del fruto de la colaboración de la desarrolladora original japonesa y la distribuidora en Occidente, quién sabe si no podremos tener en un futuro próximo ports, remakes o incluso continuaciones de la saga Zero Escape. A fin de cuentas, si un simple caracol pudo, ¿por qué las voces y acciones de miles de personas no van a poder cambiar el destino? Hasta entonces, plaudite, acta est fabula.