Después de casi tres años tras su lanzamiento original en Japón, Yo-kai Watch ha llegado a Europa pisando fuerte y con un objetivo muy ambicioso: convertirse en un fenómeno de masas. Y es que la franquicia en Japón goza de un éxito sin precedentes, llegando a desbancar a Pokémon entre los jugadores más jóvenes del país, que necesitaban un producto más actual con el que sentirse identificados -los que vivieron Pokémon en su día ahora mismo son los padres de estas nuevas generaciones-. Aquí encontramos la principal razón por la que Level-5 se ha tomado la salida del título en Occidente con tanta calma; el juego ha llegado acompañado de una fuerte campaña de marketing y de un montón de productos relacionados, como la serie oficial o merchandising de todo tipo. Algo similar a lo que la compañía japonesa ya intentó con Inazuma Eleven aunque a mayor escala. Si bien la saga de fútbol no pudo emular el mismo éxito que tenía en el país nipón, consiguió unas ventas lo suficientemente importantes como para garantizar el lanzamiento del resto de juegos de la franquicia. Esperemos que Yo-kai Watch llegue, al menos, a esos mínimos, porque la primera entrega solo es la punta del iceberg.

Al hablar de Yo-kai Watch es casi inevitable no hablar de Pokémon. Sin embargo, esto encierra una gran problemática, y es que salvo en el concepto de atrapar criaturas, entrenarlas y coleccionarlas, estos títulos no se parecen en nada. Jugablemente, Yo-kai Watch está enfocado de una forma totalmente distinta, y apuesta por ideas que no buscan ni parecerse ni competir con la fórmula de juego de Pokémon. Los dos títulos se complementan muy bien, ya que mientras Yo-kai Watch ofrece una experiencia de juego dinámica y casual, Pokémon tiene una dimensión más compleja y competitiva. Como ya digo, son complementos geniales, pero en ningún momento están hechos para rivalizar. Las comparaciones son odiosas, y desgraciadamente, Yo-kai Watch ha sido y está siendo injusta e irracionalmente comparado con la obra de Game Freak no solo por los usuarios -desinformados-, sino también, en muchos casos, por la propia prensa especializada. Por mi parte, aquí acaban las menciones a Pikachu y compañía.

La trama nos pone en el papel de Nathan Adams, un chaval como otro cualquiera que encuentra una extraña máquina expendedora de bolas en un bosque a las afueras de Floridablanca, la ciudad donde transcurre la aventura. De una de estas bolas aparece Whisper, un fantasma que le dirá cuatro cosillas a Nate que harán que su percepción del mundo cambie drásticamente. Entre nosotros, viven unas criaturas llamadas Yo-kai, espíritus con un sinfín de formas y atributos que pululan a su antojo influyendo diariamente en nuestras vidas. Cuando nos enfadamos sin razón, cuando nos entran ganas de vaguear, cuando olvidamos algo, cuando nos sentimos atraídos por alguien… todas estas situaciones pueden estar provocadas por uno de estos seres. Los hay buenos, los hay traviesos, los hay peligrosos, los hay amables… hay de todo, y ahora Nate puede verlos gracias al Yo-kai Watch, un reloj que conecta a su poseedor con esta dimensión ‘fantasmagórica’. Whisper se convertirá en nuestro compañero de fatigas, ayudándonos a comprender todos estos cambios, mientras luchamos con una terrible amenaza que puede poner patas arriba tanto el mundo de los humanos como el de los Yo-kai.

Argumentalmente nos encontramos con un título sencillo, divertido y lleno de aventuras. No encontrarás una historia compleja o profunda, ni falta que le hace. La trama es lo suficientemente amena e interesante como para que no se sienta como relleno mientras exploramos las calles de la ciudad y hacemos diversas tareas a nuestro antojo (que hay muchas), y personalmente me ha gustado bastante. Sin embargo, el punto fuerte es sin duda el mundo que ha construído Level-5. El microuniverso de Yo-kai Watch es fantástico, y a medida que jugamos será imposible que no se nos escape una sonrisa al ver cómo el juego nos explica que las cosas cotidianas que nos suceden día a día están causadas por estos fantasmas. Los aparentes misterios de la vida real, tienen una explicación en Yo-kai Watch, y esto crea un escenarios sólido y coherente que te sumerge desde el primer minuto.

Otro aspecto sobre la trama del que me gustaría hablar, es sobre su público objetivo. Obviamente, nos encontramos ante un producto de corte infantil pensado para los más jóvenes, esto es algo irrefutable. Por esto, la historia tiene un fuerte componente educativo. Yo-kai Watch transmite constantemente -y de forma sutil- consejos, normas de conducta y de seguridad, y en general, valores que son útiles durante la etapa de crecimiento de los pequeños. No cruces la carretera con el semáforo en rojo, no salgas de noche, cuida a tus amigos, echa una mano a quien necesita ayuda, etc. No obstante, esto no quiere decir que un adulto no pueda disfrutar de la historia de Yo-kai Watch. De hecho, el título de Level-5 tiene ciertos matices que un niño no va a saber captar, como algunos chistes o situaciones que necesitan de una panorámica madura para encontrarles sentido. Es algo parecido a lo que ocurre con Del Revés, de Disney, una película de corte infantil con una dimensión que solo un adulto va a saber identificar.

La ciudad es amplia, recorrerla nos puede llevar un buen tiempo, y está llena de callejuelas, lugares de interés y detalles. A lo largo de nuestra aventura pasaremos por bosques, cuevas, alcantarillas, museos, mansiones abandonadas y un montón de localizaciones diferentes. El mapa está bloqueado por secciones, que se irán desbloqueando a medida que avanzamos en la trama para ajustar el ritmo de la exploración, y para no abrumar al jugador desde el primer momento, puesto que se trata de un planteamiento casi más propio de un sandbox.

Los combates en Yo-kai Watch son realmente originales, algo a día de hoy difícil de ver dentro de este género. Son dinámicos, frescos, divertidos y lo más importante de todo, no se hacen para nada pesados. Esto último es posiblemente su mayor punto a favor, porque que después de haberle echado decenas de horas al juego aún siga teniendo ganas de combatir, es un logro encomiable tratándose de un RPG.

Contamos con tres monstruos en la vanguardia, y tres en la retaguardia. Estos irán atacando de forma automática según su naturaleza, y podrán realizar un ataque normal, una técnica y una habilidad de espiritación (buff o debuff). Nuestro papel en las batallas será más parecido al de un entrenador que motiva a sus púgiles y les da órdenes técnicas. Mientras las criaturas luchan, podremos elegir el objetivo, cambiar la formación de batalla girando la rueda donde colocamos los Yo-kai, usar objetos, purificar a nuestros amigos cuando han sido espiritados, o activar el Animáximum, un ataque especial con el que cuentan todos los Yo-kai y que necesitará que un indicador de energía se llene a medida que luchamos para poder ejecutarse. Estas dos últimas acciones nos propondrán realizar un minijuego en la pantalla táctil con diversas variantes, aunque no muy variadas, valga la redundancia.

El sistema de combate de Yo-kai Watch entra dentro del manido lema “fácil de comprender, difícil de dominar”. Y es la verdad, aunque al principio pueda resultarnos excesivamente simple, cuando tenemos que hacerle frente a un jefe comprobamos que es muy exigente. En los enfrentamientos más difíciles no tendremos ni un segundo para respirar, y será muy importante gestionar bien nuestras acciones con rapidez para salir victoriosos. El verdadero problema es que hay pocos enfrentamientos que nos exijan tanto, post-game aparte. Los combates ‘estándares’ son realmente facilones, y la facilidad para subir de nivel y mejorar a nuestras criaturas hace que en poco tiempo estemos muy por encima del nivel recomendado para derrotar a los jefazos. Por suerte los combates son divertidos y no llevan mucho tiempo, pero aún así al final notas que el sistema está desaprovechado.

Nuestro rol como “entrenador” de Yo-kai también tiene su importancia detrás de las luchas. Tendremos que saber elegir un buen equipo que complemente correctamente los defectos y ventajas de cada fantasma, y saber colocarlos en la rueda. Cada Yo-kai tiene un tipo diferente, y al colocarse de forma contigua con otros del mismo tipo, se gana un bonus. Tener esto en cuenta a la hora de confeccionar las posiciones que tomarán cada uno en la ruleta es crucial si queremos sacarle todo el partido a nuestro grupo.

Podremos investigar ciertos puntos en los escenarios en donde encontrar Yo-kai. Estos serán invisibles a nuestros ojos, pero gracias al Yo-kai Watch, podremos mover un cursor en la pantalla táctil para hacerlos visibles y enfrentarnos a ellos. La forma de capturarlos es simple. Existe una probabilidad de que al terminar el combate, uno de los espíritus con los que hemos luchado se haga nuestro amigo. Podemos aumentar esta probabilidad ofreciéndoles comida (tendrás que saber qué le gusta a cada uno) o recogiendo corazones durante el combate, o bien mediante una habilidad pasiva de ciertos Yo-kai. Al final, todo es cuestión de suerte, y los números difícilmente juegan a nuestro favor. Será normal desesperarse por no poder capturar un Yo-kai concreto, y es que el sistema termina siendo un incordio, al menos con las criaturas de más nivel. En entregas posteriores, los ratios de captura son más amigables, un cambio bastante necesario de cara a este primer título. También podrás conseguir Yo-kai en la Expendekai, la máquina de bolas de la que salió Whisper, usando unas medallas de colores que encontrarás a lo largo del juego o usando Play Coins.

Los Yo-kai podrán evolucionar subiendo de nivel y fusionándolos con otros Yo-kai o incluso con objetos. Habrá 245 fantasmas dispuestos a formar parte de nuestro Medálium. Las criaturas son muy carismáticas, tienen personalidad propia, y son muy diferentes entre sí, por no decir que sus nombres -la mayoría, juegos de palabras- son hilarantes, tanto en inglés como en español -mención especial al excepcional trabajo de localización-. La única pega, es que las versiones ‘variocolor’ que tienen algunos Yo-kai se cuentan como monstruos diferentes, y si bien tienen características y habilidades totalmente distintas a sus versiones normales, al final la variedad no es tan grande como puedes esperar al leer que hay más de doscientos monstruos por capturar.

Una de las cosas que más me han gustado de Yo-kai Watch es que hay mucho por hacer. Perfectamente puedes perderte por la ciudad explotando el resto de posibilidades que ofrece el juego y dejando de lado la historia durante unas horas. Captura de Yo-kai aparte, hay un montón de misiones secundarias muy variadas (divididas en misiones y tareas), zonas Yo-kai, áreas secretas que podrás desbloquear cada vez que el reloj suba de rango, atrapar a Yo-delincuentes, pescar y cazar bichos o explorar las pesadillas súbitas. Respecto a lo último que he mencionado, cuando recorremos la ciudad de noche, podremos entrar en una pesadilla en la que nos perseguirá un enemigo muy poderoso llamado Demoniorco. Nuestro objetivo será llegar a cierto punto, esquivando a sus esbirros para que no nos vean. Si lo hacen, avisarán al jefazo y este empezará a perseguirnos, por lo que más nos vale encontrar la salida a tiempo. Lo interesante de estas secciones, es que encontraremos cofres con recompensas muy interesantes, aunque tendremos que perfeccionar nuestras habilidades de infiltración para conseguirlos (y el juego tampoco es que dé muchas opciones para ello).

Gráficamente estamos ante uno de los juegos de Nintendo 3DS que más me han entrado por los ojos. A pesar de tener tres años, Yo-kai Watch se las ingenia para ofrecer un apartado visual sólido, colorista y muy detallado. Tiene esa dimensión intimista y cotidiana que hará sacar a nuestro yo de la infancia como si estuviéramos viendo un capítulo de Doraemon. Los diseños de los Yo-kai me parecen fantásticos, y sus modelados 3D en los combates son sobresalientes. La música tampoco se queda atrás, con una selección de temas divertidos y “cartoonescos” que acompañan perfectamente cualquier situación a lo largo del juego. El doblaje al español, como ya han demostrado otros juegos de Level-5, es de muy buena calidad.

Yo-kai Watch es sin lugar a dudas un juego con un potente carisma, una aventura de estas que cuesta olvidar. Tiene la virtud de entretener a los más pequeños y de divertir a los más adultos. Su sistema de combate es original y ameno, puro dinamismo. La historia es interesante, y algunas conversaciones nos sacarán más de una carcajada. Me he pasado las casi 80 horas que he dedicado al título -puede completarse en un tercio si se va al grano- con una sonrisa en la cara, lo cual ya es motivo suficiente para poder recomendarlo a todo el mundo. No es perfecto, por supuesto. La captura de Yo-kai es muy tediosa, el post-game no es muy extenso, faltan opciones online, la dificultad es demasiado baja, y la variedad de criaturas al final es menor debido a las versiones "clónicas" de las mismas. Pero tratándose de la primera entrega de una saga, uno siempre espera encontrar detalles que no terminan de cuajar del todo, a esperas de que futuras entregas los corrijan. Esperemos que estos puntos negativos terminen arreglándose en Yo-kai Watch 2, cuya fecha de lanzamiento en Norteamérica ya ha sido anunciada.